Éste es el tercer libro que ha escrito
Zen García que se ha traducido al español y que ahora está disponible para su
compra. Éste libro entre otras muchas cosas habla de la Preexistencia
(encarnación NO reencarnación), la Preexistencia del Espíritu entre otras
muchas reflexiones más.
Cuando un bebé nace pensamos que es la
primera vez que existe esa alma- espíritu, pero si lee éste libro se va a
encontrar con toda una perspectiva muy diferente a lo que hemos sido enseñados.
Éste libro le quitará muchos velos acerca de ¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos
aquí? ¿Qué sucede después de la muerte? Tenemos un destino? ¿Hemos Preexistido?
El autor Zen García ha leído la Biblia,
y los libros apócrifos que ELLOS han removido con
el propósito de mantenernos en la ignorancia y que antes formaban
parte de ésta, además cientos de manuscritos y escritos antiguos,
mitologías, el Targum, Tablas Esmeralda, los Códices de Nag Hammadi, entre
muchos otros, llegando a la conclusión que muchos de éstos escritos que
casi nadie lee, lejos de contradecir las Sagradas Escrituras, confirman y
amplían nuestro entendimiento de la misma, habiendo muchos versos y pasajes que
traen mucha luz a nuestro entendimiento.
Aquí la Introducción de éste libro:
INTRODUCCIÓN
M
|
i esperanza con este mi séptimo libro,
es dilucidar y exponer sobre la premisa de la pre-destinación, la
pre-existencia y la pre-elección, para que con optimismo pueda despertar tal
discernimiento dentro de ti como lector, de manera que puedas comprender tu
papel excepcional y razón de estar aquí, en la carne y en este momento. Mi
esperanza es interpretar lo que ocurrió, durante la era pre-Adámica y la
historia humana moderna, para explicar la pérdida colectiva de nuestro primer
estado y por qué que estamos ahora en ésta, necesaria encarnación, en cuerpos
de carne y en este mundo caído.
Voy
a seguir la historia de mi sexto libro, "Hijos de Dios: ¿Quiénes Somos y
Por qué Estamos Aquí? ", y explicar con más detalle cómo y por qué Adán y
Eva tuvieron que caer y cómo esto comenzó, al mismo tiempo, la Segunda edad del
mundo, lo cual dio lugar a la caída colectiva de la humanidad, resultando la
enemistad de Génesis 3:15, entre la simiente de la mujer y la semilla de la
serpiente. Esta pre-historia tiene relevancia por lo que somos ahora, así como
a la conclusión de cómo y por qué vinimos a estar forma de carne. A menos que
uno entienda que nosotros, como hijos de Dios, habíamos sido parte de la
original Administración de la Estrella de la Mañana (Morning Star Administration),
dedicada a servir al Creador y su Hijo, y que debido a nuestro propio fracaso y
acciones durante ese tiempo, es el por qué nos encontramos en carne ahora. Sin
este entendimiento, uno podría ser apto para culpar a Eva y su engaño, como la
razón de la caída colectiva de la humanidad. Sin embargo, le echamos la culpa a
Eva del pecado original, de encontrarnos en la carne ahora. Sé que para
aquellos que nunca han oído hablar de la caída, ésta es una enseñanza difícil
de asimilar; pero, una vez que uno entiende la encarnación y cómo es que
terminamos entrando en la carne en un estado caído, y en un planeta caído
rodeado de diablos y demonios, empeñados en la destrucción colectiva de la
semilla de la mujer, así como de los hijos y la genealogía de Adán, sólo
entonces empezaremos a entender nuestro papel durante y dentro de la guerra en
el cielo.
Como
se explica en detalle, en mi sexto libro “Hijos de Dios: ¿Quiénes Somos y Por
qué Estamos Aquí?”, la coronación de Yahuhsuah (JesúsCristo), como la luz y el
gobernante de los cielos etéreos y más altos y su dominio, está coronado y
asentado en la creación por el Padre, Yahweh, y Creador de todos nosotros,
llegando a ser el catalizador para la rebelión de Lucifer que resulta en la
separación de las fuerzas de oposición de la luz y el bien, y la oscuridad y el
mal. Éste es también el momento, cuando la iniquidad se encontró dentro de él,
por lo que él decidió intentar el derrocamiento del Altísimo, en lugar de
servir como querubín, protegiendo y supervisando el propiciatorio. A lo largo
de este libro, así como de mis otros libros, usaré los nombres Yahuhsuah para
JesúsCristo y para Yahweh YHWH o el Padre.
Lucifer
nunca tuvo la oportunidad de derrocar a su hacedor, pero el Padre y el Hijo le
permitieron continuar con su insurrección, mientras él se reunió con todos los
ángeles del Altísimo, para trazar el derrocamiento. Un tercio de los ángeles
del Señor accedieron a unirse a él en la rebelión. La división de la luz y la
oscuridad y la revelación de la oposición se inauguró, fomentó la guerra en el
cielo y envolvió a muchos en el conflicto. Esta guerra todavía se está librando
ahora en la tierra, como la enemistad entre los dos líneas de sangre. Este
planeta, en un sentido, es una realidad virtual y una simulación permanente de
las guerras en el cielo.
Nosotros,
como parte del colectivo elohim e hijos de Dios, teníamos un papel que
desempeñar en la guerra en el cielo. Algunos aquí eran parte de los que se
unieron a Lucifer y a los ángeles seráficos, en la rebelión contra el Altísimo
y de Su Hijo, algunos eran leales a la administración de la Estrella de la
Mañana (Morningstar) y lucharon contra Lucifer y los ángeles que se rebelaron.
La mayoría eran parte de los que esperaban la conclusión de la guerra, no
estaban seguros en cuanto a qué lado unirse. Aquellos quienes están y han
estado encarnados, en cuerpos de carne, durante la segunda edad del mundo,
estaban envueltos en esa antigua guerra y lo que hicieron o no hicieron durante
ese tiempo, trajo como consecuencia la encarnación ahora en carne. El nacimiento
en la segunda edad del mundo, es consecuencia del pecado original, que está
conectado a la anterior división, rebelión y guerra en el cielo. Esto no quiere
decir que todos estábamos mal, o que formábamos parte de las fuerzas que se
unieron a Lucifer en la rebelión contra Yahushua (Jesús). Los que están en
forma de carne ahora, son representativos de todas las clases de ángeles, que
pre-existieron antes de la rebelión y el posterior destierro de los ángeles
rebeldes de los cielos superiores.
Hay
un propósito especial para toda nuestra entrada en forma de carne ahora y
depende de nosotros, individualmente, el descubrir ese propósito. En orden de
saber a dónde vamos, debemos saber de dónde hemos venido Es importante
descubrir lo que somos y de abrazar el propósito de determinar a quién vamos a
elegir servir, mientras estemos en carne. Porque nosotros somos la higuera y la
última generación, que verá la culminación de la guerra en el cielo y la
conclusión final de la enemistad, entre la simiente de la mujer y la simiente
de la serpiente.
Debido
a que muchos están ocupados tratando de estar en el mundo, la mayoría han
olvidado lo que considero es la parte más importante de nuestra encarnación en
cuerpos de carne, despertando a nosotros mismos para recordar y explicar
quiénes somos, por qué estamos aquí y todo lo que es esta vida y la existencia.
Aunque
este mundo está dominado por las necesidades físicas de nuestro cuerpo de
carne, innato en cada uno de nosotros, están durmiendo recuerdos de nuestro
pasado espiritual, recuerdos de nuestro primer estado, donde juntos
pre-existimos con el Padre y el Hijo. Aunque la mayoría no tiene recuerdos de
tales revelaciones, el espíritu retiene tal contabilidad y los que buscan el
Reino en perseverancia, seriamente, accederán a esos recuerdos. Sin embargo, la
matriz (mátrix) de la vida es tal, que la mayoría no tiene tiempo ni espacio,
para comprometerse con la búsqueda de las grandes cuestiones del ser; la
mayoría están bastante ocupados con los compromisos del trabajo, la familia y
la sociedad que cuando uno tiene tiempo, se utiliza tratando de recuperar el
ritmo frenético, en la gestión de los asuntos diarios. Aquellos que se dan el
lujo de tener tiempo de inactividad, a menudo no están inclinados a buscar el
espíritu, de tal forma que no se le da prioridad. Muchos están completamente
satisfechos con las extravagancias y las distracciones de este mundo y no
desean nada, más que complacerse aún más en lo carnal, con los placeres del
mundo.
Al
igual que en los días de la Atlántida, la mayoría no tiene en cuenta para nada
la naturaleza espiritual y sólo se satisfacen los deseos de buscar la carne. La
obsesión por el deseo carnal, causó que los elohim y nephilim, abandonaran sus
compromisos con el cielo y dejaran su lugar de morada, los ató en imprecación
mutua con las mujeres de entre los hijos de los hombres. El pecado asociado con
tal sacrilegio fue lo suficientemente grande, para que el Padre les condenara
al encarcelamiento y la aniquilación total, al final de los tiempos. Su deseo
por prostitutas después de las hijas de la humanidad, los excluyó del favor del
Altísimo y ahora, no tienen ninguna posibilidad de redención y no se pueden
contar para la salvación. La caída de los observadores (watchers) como se cita
en Génesis Capítulo 6, se produjó durante el tiempo de Jared, el padre de Enoc.
Sin embargo, los ángeles caídos ya estaban involucrados, en el intento de crear
una raza de esclavos desde el pre-adámico y fue aquí, en este planeta, antes de
que el Padre decidiera crear a la humanidad moderna. Los encarnados en cuerpos
de carne ahora y que, al igual que los nephilim y observadores (watchers),
están hipnotizados por el atrapamiento de la carne, también se cuentan entre
los paganos excluidos de las herencias de la eternidad.
Descifrar
quiénes somos y por qué estamos aquí, tiene que ver con la seguridad de nuestro
lugar, en el cielo o en el infierno. La comprensión de la pre-existencia y cómo
esto se vincula a la vida en que nos encontramos ahora, es en mi opinión, la
clave para responder a las preguntas más grandes de dónde hemos estado,
respondiendo a las razones grandiosas del por qué estamos aquí y hacia dónde
vamos. Al explicar la pre-existencia y pre- destinación, voy a destacar tres
aspectos: la pre-existencia de Cristo, la pre-existencia de los santos y la
pre-existencia de la humanidad, como un todo colectivo. ¿Ya ha estado nuestro
nombre escrito en el libro de la vida en la eternidad? Y si es así, el
propósito del despertar es para no ser borrados, sino para ser incluidos en el
libro de la vida y contarse entre los elegidos. El Padre ofreció a Caín la
oportunidad de elegir el bien, pero él eligió, por voluntad, alinearse con el
hijo de la desobediencia.
Mi
esperanza es que al compartir esta revelación contigo, como lector, te ayudará
a tener memoria de ti mismo, de modo que puedas abarcar la comprensión de que
somos seres espirituales, atrapados en la carne y que tenemos un voto sagrado,
de venir aquí para ser juzgados y probados por Satanás y los ángeles rebeldes.
Este conocimiento, si me lo permites, puede habilitar a uno a la comprensión
del qué es lo que debemos hacer, para cumplir con la tarea y la misión
atribuida a nosotros por el Padre y el Hijo, incluso antes de entrar en el
desafío de esta encarnación y mientras aún tenemos tiempo. Los que abrazan esta
epifanía, son llamados a compartir con otros la misma luz de la auto-verdad,
que conduce al recuerdo de uno mismo, ya que fuimos comisionados por Cristo
para conocernos. Los vencedores prevalecerán y habrán elegido el camino
angosto, pero pocos son los que la hallan.
Entrevista a Zen García
Link para comprar el libro en español:
|