Semiramis había iniciado entonces el culto
madre e hijo, la adoración pagana más antigua del mundo, y se hizo proclamar la
primera "sumo sacerdotisa" de su propia religión. La religión
babilónica luego pasó a otras religiones con cientos de versiones similares de
Semiramis y Tamuz por todo el mundo, hasta que llegó al cristianismo en el 312
d.C. cuando el emperador Constantino unió todos los credos del imperio bajo el
nombre cristiano. No hay religión en la Tierra que no tenga las raíces y las
influencias de la religión babilónica iniciada por el tirano Nimrod y su
familia. Por ello el Apocalipsis la llama la madre de todas las abominaciones
de la Tierra (Ap. 17).
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